Des de 1949, any en que es fundà oficialment l'Escola Pia a Les Califòrnies, han estat molts els qui han donat la via per aquest gran projecte de l'educació com a eina alliberadora en aquelles terres.
En aquesta foto veiem la làpida amb els noms de les persones que descansen en pau en aquest cementiri de Los Ángeles, altres descansen en altres cementiris i en altres ciutats.
Molts de vosaltres heu conegut en Jaume Pallarolas, que fa dos anys ens va deixar.
També en aquesta ciutat, un mes després del Jaume, va morir l'Antoni Tort, qui havia estat assistent de pedagogia i director de diverses de les nostres escoles a Catalunya. El seu nom no apareix a la làpida, ja que va donar el seu cos a la ciència.
Hi ha altres noms, però especial reconeixement mereix en Joaquim Hereu, tiet de qui va ser alcalde de Barcelona, i qui va donar l'orientació que avui té la Viceprovíncia de Les Califòrnies, que dedica els seus esforços a treballar a favor dels "latinos" a EUA, i prop dels pobres a Mèxic. Amb ell varen néixer les vocacions dels escolapis llatinoamericans més grans d'aquella demarcació.
Nos us volem cansar. Us deixem, però, dos testimonis.
El primer, l'escrit que varen fer els escolapis californians uns dies després de la mort d'en Jaume Pallarolas, en el que cadascun dels qui eren presents en una reunió, va escriure una frase d'agraïment a la seva persona, que pensem que el descriu molt bé.
El segon text, la carta que va enviar l'Eduard Pini, per a ser llegida el dia del funeral de l'Antoni Tort, que ens recorda la seva bonhomia i el seu testimoni com a escolapi.
TEXT D'AGRAÏMENT AL JAUME PALLAROLAS,
(Cada frase va ser escrita per un escolapi de Les Califòrnies present a la reunió.)
Gracias Jaume, por tu audacia, tu visión de futuro.
Gracias Jaume, por ser un escolapio modélico.
Gracias por tu acompañamiento de calidad; inclusive cuando estabas en el hospital, yo pensaba que te acompañaría en tus últimos días y conseguiste acompañarme, ¡qué Grande!
Gracias Jaume, por tu buen humor.
Gracias Jaume, por tu amor a la Escuela Pía de laicos y religiosos.
Gracias Jaume, por tus horas y horas de viajes por las Californias.
Gracias Jaume, por las horas y horas gastadas esperando para cruzar la frontera internacional de Tijuana y USA; la última vez 6 horas…
Gracias Jaume, por tu presencia entera, en las reuniones, en las acciones, en aquel niño que, como un león, salió de clases en Mexicali, y al que tú tranquilizaste sólo con el hecho de preguntarle por sus hermanitos. ¡Qué importante es interesarnos por los otros, saber sobre los otros!
Gracias Jaume.
Gracias Jaume, por el amor que manifestabas.
Gràcies Jaume, per la sensació de confiança.
Gracias Jaume, por habernos ido a recibir al Aeropuerto.
Gracias Jaume, por creer en el proyecto de Escuelas de Tareas y dejar abiertas las puertas.
Gracias Jaume, por hacernos crecer y decirnos que todos somos escolapios.
La Viceprovincia de las Californias
CIRCULAR A LA VICEPROVÍNCIA DE LES CALIFÒRNIES
(enviada pel Provincial de Catalunya, en el dia del funeral de l'escolapi Antoni Tort)
A todos los religiosos, feligreses y amigos
de los Escolapios de Las Californias.
Queridos hermanos.
La experiencia de fe del P. Antonio viene de lejos. De
pequeño, recibió una educación católica que aprendió en su casa y en la
escuela. Sus padres eran personas de profundas convicciones religiosas. No solo
de palabra, sino de obra. Muchos de ustedes sabrán que esto causó la muerte de
su padre. El Sr. Antonio Tort y su esposa, Sra. María Gavín, cuando se iniciaron los conflictos de la
guerra civil española en el año 1936, que se destacaron en un primer momento
por la persecución de sacerdotes e incendios de edificios religiosos, acogieron
y ocultaron en su casa al entonces obispo de Barcelona, Mons. Manuel Irurita. Alguien
denunció la situación y el resultado fue que el padre del P. Tort i un tío suyo
fueron fusilados. Estas imágenes, que parecen cuestión del pasado, siguen
siendo habituales en nuestro mundo, tal como denuncia el Papa Francisco. Sin
duda, el P. Antonio, cuando escuchaba noticias sobre la persecución de personas
en las zonas en conflicto, lo vivía como una gran crueldad y recordaba la
tristeza de una infancia sin su papá ni su tío.
Optó por entrar en los escolapios, y realizó muchos
servicios a la Orden en diversas escuelas, asumiendo diversas
responsabilidades. Fue director de diversos colegios en Catalunya, asistente
provincial y responsable de pedagogía de la demarcación, organizó muchas
actividades para las familias de los alumnos y colaboró en diversos equipos de
trabajo a nivel internacional. También nos dejó una gran cantidad de puzles que
el montaba cuidadosa y pacientemente, que decoran los pasillos de muchas
escuelas y comunidades.
Trabajador e inquieto, fue exigente con él mismo y con
los demás, porque estaba convencido de que la exigencia y la regularidad eran
herramientas que formaban a la persona.
Hombre alegre que expresaba su alegría con un “Yupiii” de vez en cuando.
De hecho, sus alumnos, le llamaban cariñosamente, el P. Yupi y no me extrañaría
nada que ustedes también.
Los últimos 23 años de su vida los vivió entre ustedes.
Cuando regresaba de vacaciones a Barcelona para visitar a su familia y
amistades, hablaba con un gran cariño de la labor que se realiza en las parroquias
de Los Ángeles y de los jóvenes que estaban en formación en casa Calasanz. Los
actuales novicios me comentaban hace unos meses que durante el prenoviciado
había sido exigente con ellos, pero que ahora, aquella exigencia, les había
sido de gran ayuda. Exigencia, amor y alegría, esa ha sido la forma de educar
de nuestro P. Antonio. Démosle gracias.
Y todavía ha querido darnos una última lección entregando
su cuerpo a la ciencia. Entre los escolapios es frecuente esta práctica. Somos
maestros, educadores. Dar el cuerpo a la ciencia es permitir que los futuros
médicos se formen con él, es dar una última lección magistral de entrega.
Gracias, nuevamente, P. Tort.
La Viceprovincia de las Californias ha sufrido dos
grandes pérdidas recientemente: el P. Jaume Pallarolas y ahora el P, Antonio
Tort. Por mi parte no tengo ninguna duda de que esto va conformando a la
viceprovincia. Por la fe creemos que somos una gran comunidad terrena y
celestial. Esa es nuestra fe, que nos dice que aunque los padres ya no están,
de alguna manera permanecen entre nosotros, porque aquello que fue el motor de
sus vidas: la educación de los niños y jóvenes especialmente los más desvalidos
como nos enseñó san José de Calasanz, sigue siendo la fuerza que nos impulsa a
nosotros y a los jóvenes que se preparan para ser escolapios, para transformar
este mundo y hacerlo un lugar donde todos hagamos realidad nuestros sueños y
vivir en paz. Desde el cielo, ambos, y todos los que les precedieron, nos
ayudarán a perseverar en nuestra vocación, porque ser escolapio vale la pena.
El Dios de la Vida nos ha dado y nos seguirá dando
testigos de hombres y mujeres que descubren qué quiere decir construir el Reino
de Dios y, en nuestro caso, como escolapios, entre los niños y los jóvenes. No
dejemos de dar gracias por haberlos conocido, en especial hoy al P. Antonio, y
pongámonos al servicio de esta llamada que Dios nos hace.
En breve, después de Semana Santa, volveremos a entonar
el canto del Aleluya. No les extrañe que este año, en el cielo, además del
Aleluya se oiga un Yupii! alegre y Pascual.
P. Antonio, que el Señor te bendiga y te guarde, que el Señor haga resplandecer su luz sobre
ti y te dé la paz.
Que descanse en paz.
Amén-Yupiii-Aleluya.
P. Eduard Pini, provincial
Barcelona, 22 de marzo de 2016
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